domingo, 24 de noviembre de 2013

AMENAZAS Y CURSO DE ACCIÓN PARA EL  8 DE DICIEMBRE


                                 Por Carlos Lanz Rodríguez

En el marco de la nueva estrategia imperial (3/1: inteligencia tecnológica, guerra psicológica y operaciones encubiertas con fuerzas especiales) se plantea la combinación de las formas de lucha (4x4: articulación de formas de lucha legales y pacíficas con formas de violencia de calle y confrontación armada)

I.- CONCRECION POLITICO-MILITAR DE LA ESTRATEGIA IMPERIAL EN LA COYUNTURA

Actores oponentes que militan en la MUD (María Corina Machado, Julio Borges, Leopoldo López, entre otros) alineados con la estrategia imperialista, vienen promoviendo una hoja de ruta desestabilizadora, tanto para la fase pre-electoral y para el mismo día de los comicios, como  para la etapa post-electoral, la cual  posee los siguientes rasgos:

1.- Persistencia del esfuerzo en deslegitimar el proceso, desconociendo el gobierno de Maduro, generando cuestionamiento al CNE y demás órganos del poder republicano. En este contexto aparece el guion elaborado y publicado por Vicente Díaz el sábado 22  de noviembre de 2013, el cual tiene doble propósito: justificar la no participación en los comicios del 8D y desconocer los resultados. Se trata de hacer un uso oportunista del proceso electoral, articulado a un plan conspirativo que no necesariamente adopta la forma de golpe de estado tradicional, sino que se dirige a provocar la descomposición político-social.

2.- Aprovechamiento político de cualquier déficit  en la gestión pública o problemática social no resuelta. En la estrategia imperial se conceptúa la conflictividad social como un vector de acumulación de fuerza, ya sea en la perspectiva electoral o guarimbera.

3.- Se trata de crear un clima de caos e ingobernabilidad, que permita el escalamiento de la forma de lucha: pasar de la denuncia a la acciones  de calle y de estas a las acciones violentas y armadas, con capacidad de fijar en el terreno a una parte importante de los  órganos de seguridad del Estado e inhibir o paralizar sus mandos.

4.- Como fuerzas generadoras y catalizadores del clima de conflictividad exacerbada, se emplea el DESABASTECIMIENTO PROGRAMADO, LA ESPECULACION Y EL ACAPARAMIENTO, LOS APAGONES MATA VOTO Y LA INSEGURIDAD. En el caso del problema del incremento de los precios, como resultado de la ofensiva del gobierno revolucionario contra la usura y la especulación, se viene dando la migración de la amenaza desestabilizadora hacia la manipulación de los inventarios y la escasez.

5.- Las  herramientas más utilizadas para exponenciar la conflictividad y el cuadro de ingobernabilidad son las operaciones psicológicas (OPSIC), centradas en distorsiones informativas, rumores, tergiversaciones, alarmas infundadas, todas dirigidas a genera  miedos e  incertidumbres. En este contexto puede aparecer la tentación de explotar el SINDROME DE ATOCHA ( fenómeno psicológico que resultó del impacto de una  actividad armada ocurrida en Madrid, la cual   incidió en la intención del voto en las elecciones española ) .En tal sentido, no es descabellada la hipótesis que plantea que en la medida que se aleja la posibilidad  de victoria y los números no le  dan a la contrarrevolución, los sectores ultraderechista como María Corina, Leopoldo López y compañía, empujen acciones que generan conmociones o escándalos.

6.- En el proceso de escalamiento de las formas de lucha, que tienden hacia el empleo de la violencia y acciones armadas, los referidos actores oponentes vienen trabajando en la radicalización de sus planteamientos como se recoge en la consigna “MADURO VETE YA” o el desespero  de consigna que enarbolaron el Sábado 23 de Noviembre: “NO REGRESES A TU CASA HASTA QUE RENUNCIE”.

Las fuerzas que pueden emplear estos operadores en este escalamiento, van desde los grupos de activistas formados como “defensores del voto” en el caso de Voluntad Popular, pasando por las policías regionales de Miranda y Lara, los ex - militares de Plaza Altamira y ex – policías, hasta llegar a los “paracos” del capo Álvaro Uribe. En estos agrupamientos  para operaciones encubiertas hay  presencia de fuerzas especiales bajo la coordinación de la Comunidad de inteligencia de los EEUU.

II.- PLAN DE CONTINGENCIA PARA ENFRENTAR LA ESTRATEGIA IMPERIAL.

Los intentos realizados por el imperio norteamericano para derrocar la revolución bolivariana no son nuevos, así como tampoco son nuevos las políticas dirigidas a combatir los planes intervencionistas y desestabilizadores de los EEUU y sus socios.

En los tres últimos procesos eleccionarios (8 de Octubre, 16 de Diciembre de 2012 y Abril de 2013) los operadores subalternos de la desestabilización agrupados en la MUD, fueron consecutivamente derrotados por las fuerzas revolucionarias.

Conociendo la agenda de estos factores contrarrevolucionarios, sus enfoques, métodos y tácticas, se han ido desmontando y neutralizando todos los planes orquestados.

En tal sentido, queremos reivindicar los lineamientos básico del plan de contingencia empleado en anteriores coyuntura, en cual se conoció como ATERRA (alerta temprana, respuesta rápida) obviando sus puntualizaciones y acciones específicas.

Una de las enseñanzas que se desprende de estas experiencias se refiere al carácter manualezco de la estrategia imperial. Al descifrar sus orientaciones y objetivos, con antelación se puede elaborar una prospectiva de su implementación y ejecutoria; paso 1, paso 2 y así sucesivamente. Por ejemplo, cuando  los grupos contrarrevolucionarios  plantean  combinar las formas de lucha pacíficas y violentas, siendo estas últimas operaciones encubiertas que a veces son solo amenazas, existe una alerta temprana. Por esto,  cuando se organiza una marcha o movilización por parte de actores oponentes, hay que disuadir  o  abortar dichas actividades encubiertas. En este caso no se cae en la trampa de sus líderes que dicen respetar el estado de derecho o la constitución, etc.  Esta fresca la imagen del camaleón Capriles con el “YO NO FUI”  en las acciones violentas de Abril de 2013. Manejarse en varios “tableros” los lleva a emplear un doble discurso. En nuestro, caso no hay sorpresa, están mapeados.

A partir de tener un conocimiento del enemigo y sus tretas, se puede establecer el siguiente curso de acción:

1.- Desenmascarar políticamente sus verdaderas intenciones, los intereses a los cuales sirven, los vínculos serviles y su complicidad con la burguesía y el imperio.

2.- Inteligencia social e investigación operativa para ubicar social y territorialmente las amenazas, los actores involucrados y sus relaciones. Este esfuerzo permite las alertas tempranas y organizar las respuestas rápidas.

3.- Como parte de la estrategia imperial se fundamentan en la conflictividad social, las fuerzas revolucionarias tienen que trabajar con MAPAS DE CONFLICTOS, resolviendo las problemáticas sociales a nivel local, regional o nacional, elevando el nivel de respuesta en tiempo real.

4.- En el caso de la conflictividad, hay que impulsar políticas para interceptar su escalamiento, abortando su desarrollo, confinando su alcance, evitando su generalización.

5.- La fuerza básica de enemigo se concentra en el desarrollo de campañas con operaciones psicológicas (OPSIC) en consecuencia, hemos aprendido a contrarrestarla con una Estrategia Comunicativa Integral (ECI), que neutraliza el impacto de las distorsiones informativas. Desde la propaganda de calle, pasando por prensa, radio y televisión, hasta llegar a las redes sociales, la revolución tiene que decir su palabra en términos propositivos, con la información oportuna y veraz.

6.- Plan de movilización y de control territorial para impedir que  la contrarrevolución pueda dividir algunas ciudades, copar algunas instituciones o territorios emblemáticos

E/Carlos Lanz Rodríguez

24 de Noviembre de 2013

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