¿Qué
rumbo tomará, en la actual coyuntura, la política imperial y oligárquica?
Red
Patria Urgente | Jueves, 05/12/2013
“El plan para desestabilizar y eventualmente
derrocar al gobierno bolivariano está elaborado y en marcha: ¿Qué rumbo
tomará, en la actual coyuntura, la política imperial y oligárquica?”
1.- El plan orientado a desestabilizar y derrotar a
la revolución y al gobierno bolivariano está en marcha. Y puede ser
acelerado en este período electoral: todo depende de la capacidad y
potencialidad del pueblo venezolano, del gobierno revolucionario que preside
Nicolás Maduro y de las Fuerzas Armadas Bolivarianas, para asegurar que la
elite imperial y los grupos oligárquicos no establezcan una situación
político-social de ingobernabilidad y violencia desbocada.
2.- El desarrollo de la estrategia de violencia y de
la guerra civil que implementa el bloque opositor hegemonizado por las fuerzas
fascistas, depende de una situación política que posibilite al Imperio apelar
al expediente de las “intervención humanitaria” y neutralizar a organismos de
integración regional como la UNASUR y la CELAC. Así como movilizar desde la OEA
una ofensiva política y diplomática contra la patria.
3.- El diseño del plan no es el tradicional de la
típica intervención militar extranjera o del golpe de Estado. El imperio lo
concibe, básicamente, al estilo de un proceso interno de ingobernabilidad y
como una modalidad de guerra civil.
4.
Ingobernabilidad y guerra civil cuyo desencadenamiento se basa, si se
establecen determinadas condiciones políticas, en una fuerte movilización
del conjunto de bases políticas y sociales que la derecha ha ido
posicionando en todo el país. No podemos ignorar el hecho de que la derecha ha
logrado establecer una base social fascista activa; lo cual es un hecho nuevo
en Venezuela. Y tampoco puede desestimarse el alcance de operaciones que a
todas luces obedecen a un plan de asesinatos selectivos de gente del pueblo y
funcionarios estatales o policiales.
5.- Los operadores políticos del plan desestabilizador
y la guerra civil son claros en sus precisas intenciones: “la solución no son
los votos, sino la calle”. Y esa idea no indica que la votación no sea
importante; sino que está en función de una política de violencia desatada y de
guerra. En determinada situación política mediada, por los resultados
electorales, la oposición puede apelar, con fuerza, a la denuncia de fraude
para movilizar sus bases sociales y grupos paramilitares.”
“Deseamos enfatizar que es
imprescindible tomar medidas de inteligencia y seguridad que impidan el
desencadenamiento de una guerra cibernética, que pueda implementarse contra
nuestra infraestructura militar, de comunicaciones, logística, de
seguridad, etc. Bien sabemos que las fuerzas imperiales están preparadas para
provocar apagones; destruir las comunicaciones vía satélite; sabotear
Internet; mediante fuerte ataques intentar anular las acciones ofensivas
y defensivas que podamos tomar para enfrentar la desestabilización y los
intentos para derrocar el gobierno. Debemos tener presente que el aparato
militar-tecnológico de EEUU se mueve con relativa autonomía con respecto al
Presidente Obama. Ciertas unidades especializadas pueden ser movilizadas desde
el Pentágono y entrar en acción en cualquier lugar del mundo.
Diversos procesos
nacional-mundiales en desarrollo fundamentan el plan de desestabilización
y guerra civil. En este editorial nos centramos en cuatro de ellos:
a) La
hegemonía del capital financiero se corresponde con una etapa de mayor
centralización y concentración del capital en circunstancias en las que la
informatización de la sociedad, el progreso de la ciencia y de la
tecnología, permiten la conformación de una economía dirigida mundialmente
pasando por encima de las fronteras y los Estados nacionales. Lo que permite la
conformación de un mercado mundial dominado ampliamente por las clases sociales
que concentran los ingresos. Los pobres han perdido capacidad para influir en
la conformación de la demanda, la cual es excluyente.
b) Las
transformaciones en la relación entre ciencia, tecnología, democracia y
movimiento popular: la ciencia y la tecnología, dominadas por el capital
financiero y en nombre de éste, se han colocado al mando de la recolonización
del mundo, la reconfiguración de las relaciones de poder y de la evolución de
la guerra.
c) Vivimos
en los tiempos de la estrategia imperial de guerra permanente y terminal,
la política es la continuación de la guerra por otros medios y hoy ya no
es cierto que para garantizar la paz sea necesario prepararse para la guerra.
La guerra ya está en desarrollo. La posibilidad de ganarla depende de que
logremos evitar que ella se extienda y que llegue a cada uno de nuestros
países
d) El
campo de batalla se desarrolla simultáneamente en todo el planeta y todas las esferas
de la sociedad (sociales, económico-productivas, políticas), el
pensamiento, la psique, los imaginarios personales y colectivos,
etc; y el instrumente decisivo del imperio es la dictadura mediática
transnacional con fuertes raíces internas en nuestro país.
e)
Finalmente nos referimos a una tarea de primer orden: la unidad
cívico-militar en todos los niveles. Particularmente en los barrios de las
grandes ciudades y en los principales pueblos del interior.”
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