CONTRIBUCION
AL MEJORAMIENTO DE LA GESTION DEL
GOBIERNO NACIONAL
(IV)
Carlos Lanz Rodriguez
En anteriores entregas de
estas colaboraciones ideológicas (Parte I,II y III) hemos abordado aspectos
cardinales para hacer irreversible el tránsito al socialismo, proceso que
demanda en forma ineludible la aplicación de las 3R
en el siguiente curso de acción:
n Revisando los obstáculos en la construcción del
nuevo modelo productivo socialista.
n Evaluando
las prácticas burocráticas y como
erradicarlas
n Sistematizando
la lucha contra la corrupción.
Estos 3 aportes han sido publicados en Aporrea.Org y en comunicadoresenaccion 2012.blogspot.com
Continuando con este
esfuerzo reflexivo vamos a reseñar en esta IV parte la evaluación-sistematización
de la cuestión organizativa, donde están implicadas sus diversas instancias: PSUV- movimientos
sociales.
LA
RADIOGRAFIA DE LAS AMENAZAS INTERNAS EN EL PSUV.
En el documento “LINEAS ESTRATEGICAS DE ACCION POLITICA” (Enero de 2011) se
reseñan los principales peligros que amenazaban al partido
para la fecha:
1.- La reproducción de la
cultura política capitalista
2.- Presencia del
electoralismo y prácticas no democráticas.
En lo relativo al primer
aspecto que se refiere a la reproducción de valores burgueses en algunas
prácticas al interior del PSUV, se señala:
“Esta “cultura capitalista”
se expresa en el hecho de considerar que pertenecer a un partido equivale a
“invertir” en él, a través de sus contribuciones financieras o con su trabajo
militante, y que esa “inversión” debe ser “recompensada” o “remunerada” con
puestos, cargos, prebendas o influencias en el Estado, en el terreno de los
negocios o en el mismo partido.”
Aparece aquí con claridad el
fenómeno de MERCATILIZACION DE LA POLITICA Y DE LA MILITANCIA”, convertida en
negocio.
Caracterizando este proceso y sus consecuencias, en el referido
documento se plantea:
“….los resultados pusieron
en evidencia algunas fallas en el funcionamiento del PSUV y su vinculación con
la base social de apoyo a la Revolución.
Entre las posibles causas de
esta situación, podemos verificar, en mayor o menor medida, algunas actitudes o
desviaciones características de los partidos tradicionales, tales como el burocratismo,
el oportunismo, el sectarismo, el nepotismo y el gradual alejamiento de la
base social bolivariana, resultantes de la persistencia de la “cultura
capitalista” en el seno de la sociedad.
Esta cultura es reproducida
a lo interno del Partido, y se expresa en que algunos sectores lo conciben como
un medio para el “ascenso social” de los y las militantes con
responsabilidades de dirección a distintos niveles. Algunos camaradas se
consideran líderes absolutos e indiscutibles en sus espacios, y asumen
la discrecionalidad de excluir del Partido, y hasta de la Revolución, a quienes
se atrevan a diferir o a disentir de ellos y ellas.”
Por ello, la alerta general
frente a las consecuencias de este tipo de práctica tanto en el partido como en
el movimiento social:
“De acentuarse este tipo de
comportamiento, el PSUV podría terminar convertido en un partido/iglesia,
una suerte de “guía de las masas incultas”, que considera a sus militantes y a
las diversas formas de organización popular como simples correas de
transmisión de la línea indiscutible de los nuevos “sacerdotes”. De
seguirse este camino, estas prácticas debilitarán la base social de apoyo a la
Revolución Bolivariana.”
En lo referente al
electoralismo, las “LINEAS
ESTRATEGICAS DE ACCION POLITICAS”, caracteriza este fenómeno de
la siguiente manera:
“…debemos reconocer que en
el PSUV, se ha venido produciendo una imposición de la lógica de la
maquinaria, donde se concibe el hecho electoral como un fin en sí mismo, y
no como una tarea en la lucha por democratizar radicalmente la sociedad
venezolana. La amplia base social de la Revolución termina instrumentalizada
bajo la forma de “masa de maniobra” electoral en cada proceso, y lo que es
peor, con formas organizativas que cada año se redefinen en función del mismo, perdiendo
por ende su condición de sujeto de la Revolución.”
“Este confinamiento del
Partido en sí mismo, conduce al progresivo alejamiento de la cotidianidad del
pueblo, al desconocimiento de sus demandas y problemas. El Partido comienza a
concebirse como un ente separado y superior al pueblo que debe
“conducir”, y el trabajo revolucionario cotidiano, junto con las masas
populares, es sustituido, en ciertos casos, por una especie de “contienda
electoral”. Todo lo cual provoca un profundo sentimiento de rechazo
hacia ese tipo de prácticas.”
En relación a la democracia
interna, también se reseña el peligro de las distorsiones y fallas presentes:
“…En el ámbito interno, es
necesario reconocer que las aspiraciones de la militancia por lograr la
democracia interna, en cierto modo, han sido frustradas por algunos militantes
con cargos de dirección o de gobierno, los cuales manejan recursos y gestionan
cuotas de poder, para imponer a sus lealtades personales por encima de los
auténticos liderazgos populares, leales a los principios revolucionarios. Esta
situación obliga a una profunda revisión de los mecanismos de selección
de nuestras autoridades y de nuestros candidatos…”
Esta revisión autocrítica de
tales amenazas al interior del partido nos obliga a preguntarnos si tales
peligros han sido conjurados después de
3 años de aquella denuncia, es decir, ¿
No tiene pertinencia de aplicar hoy las 3R a la
vida interna del PSUV ?. Por ejemplo, el predominio del electoralismo es una
desviación que ha venido cogiendo fuerza y espacio, sin que exista un
correctivo oportuno.
Siendo consecuente con el
legado del Cmdt Chávez, debemos asumir que las 3R, no puede ser un evento, sino un proceso de evaluación- sistematización
permanente de las experiencias, enmarcada en el reto de hacer irreversible el
tránsito al socialismo, traspasando la línea del no retorno.
Focalizando tal tarea en el
ámbito organizativo debemos responder a las anteriores amenazas en dos
direcciones:
n Frente
a la reproducción de los valores capitalista, empujar la insurgencia cultural y
la construcción de una nueva subjetividad revolucionaria.
n Ante
la militancia alienada por la división del trabajo y el burocratismo, se deben
promover nuevas formas de participación y organización
CRITICA
DE LA DIVISION SOCIAL DEL TRABAJO CAPITALISTA Y LAS NUEVAS FORMAS DE
PARTICIPACION Y ORGANIZACIÓN.
En la parte II de estas
contribuciones cuando examinamos el nexo entre la división del trabajo y la burocracia,
establecimos que este no es un fenómeno reducido a lo individual o un hecho
aislado, sino que conforma una totalidad concreta como relación de producción,
forma parte de una estructura que posee mil cabeza y se expresa en todos lados:
en el gobierno, en partido, en los gremios y sindicatos, en las organizaciones
sociales y comunales.
Los puntos de vista que se
resumen a continuación sobre esta
problemática, se encuentran reseñados en los ensayos “ La revolución es cultural o reproducirá la dominación.” Abril
de 2007. Y en EL LEGADO DE CHAVEZ Y LA
MUNICIPALIZACION DEL PLAN DE LA PATRIA.
Agosto de 2013
El conjunto de relaciones
sociales capitalistas (apropiación egoísta de la producción material y
simbólica, competencia por la distribución y reparto, la división de tareas,
funciones y roles ) determinan un sistema de contradicciones supraindividuales.
En tal sentido, es bueno
advertir que no solo se trata de aristas morales, incongruencias individuales,
sino que es un fenómeno social colectivo
En el caso de la separación de las actividades manuales de
las intelectuales, ellas se manifiestan en lo organizativo de la siguiente
manera:
*Organización como aparato, como un fin en sí
mismo.
* Estructura única y cerrada, predominio del monolitismo,
topografía centro-periferia.
* Espacios comunitarios y gremios como “correas de
transmisión” del partido.
* Jerarquías y verticalismo
en la dirección y en las tomas de decisiones.
Este sistema de
contradicciones y separaciones, en lo organizativo se nos presenta como pareja
* Espontaneidad y dirección consciente: hay un choque
permanente entre la tendencias espontáneas que reproducen formas de dominación
(son parte de un sentido común programado ideológicamente) y la acción
consciente que apunta hacia la transformación.
*
Democracia y centralismo: igualmente en este caso opera
una dinámica contradictoria, una que apunta hacia el ejercicio de la soberanía
plena y la otra que la cautela o usurpa.
*
Particularismo y globalización: se trata de obstáculos
epistemológicos que se polarizan entre tener una visión micro sin contextualización
o una globalización que no aterriza en ningún lado.
*
Individualización - colectivización: pareja excluyente, donde el
egocentrismo niega lo gregario - comunitario o la abstracción general del
“interés general” (estado - partido) niega al sujeto.
Esto se traduce en los siguientes comportamientos
organizativos:
- Espontaneistas o
Voluntaristas
- Democratistas o
Centralistas
-Localistas o Ciudadanos del
mundo
Como ya anotábamos, se trata
de una conducta generada por los automatismos del mercado y de la división
social del trabajo, las cuales forman parte de una trama material y simbólica
que nos hace ser: individualistas y
posesivos, escindidos en los análisis, parcelados en los intereses.
Estas conductas
fragmentarias, que tienden hacia la atomización
y la dispersión, conspiran de manera espontánea contra los intereses colectivos
y dificultan la identidad y el sentido de pertenencia.
El anterior sistema de contradicciones se combina para obstaculizar la unidad
de acción, para minar la voluntad colectiva en cualquier experiencia
organizativa, ya sea en el partido, en un grupo de vecinos, en el
sindicato, colectivos de docentes, etc. Por ello, la praxis transformadora debe
partir de su reconocimiento, asumiendo la crítica de la espontaneidad del ser social (con sus
necesidades y carencias) y al mismo tiempo e nadar contra la corriente para
superar la enajenación.
Refiriéndonos al primer aspecto, creemos que se hace
obligante “desaprender”, cambiar de lente, hacer las experiencias en otra
dirección, promoviendo nuevas maneras de organizarnos.
En la construcción de
salidas alternativas al problema organizativo, proponemos los siguientes
horizontes de búsqueda:
1.- Se trata de construir un
clima cultural, como proceso de reforma intelectual y moral como decía Gramsci,
dicho proceso precede la construcción de la voluntad colectiva.
Aquí las mediaciones
cognoscitivas, pedagógicas y comunicativas forman parte de una estrategia
global de cambio, ya que se combinan para golpear
centralmente la parcelación y el monopolio del saber, la pedagogía
paternalista, la manipulación informativa, y en su lugar ayudar al desarrollo
de una cultura del debate ,un nuevo modo de producción de conocimiento, que
permita la participación real y la identificación con los intereses generales,
partiendo de la cotidianidad y de las dinámicas existenciales concretas de la
gente.
2.-En tal sentido, se trata
de construir una nueva subjetividad, una nueva mentalidad.
De allí que, todo el acento
de nuestra reflexión, la construcción de respuestas al problema organizativo, está
colocado en construir espacios y prácticas emancipadoras: la organización como “prefiguración” de la nueva sociedad, escuela
de nueva civilización, donde sus miembros se asocian libremente, crecen como
persona, sin compulsión sin temores.
3.-Se trata de hacer efectiva la democracia directa en las nuevas
formas de participación. Si bien toda organización implica niveles de
dependencia y de otorgar mandatos, enajenando una parte de la soberanía
política, este tipo de delegación debe controlarse conscientemente. Los
mecanismos que hemos propuesto para el control de la delegación son: elección directa,
delegación funcional, rendición de cuenta, rotación de cargos, revocatoria del mandato, democratización del saber. El último
aspecto sobre la democratización del saber es clave en la preservación de la soberanía política.
Esta soberanía es chucuta si no se logra “pensar
con cabeza propia”, si no se tiene
autonomía cognitiva.
Este es uno de los principios de la “DEMOCRACIA DE LA CALLE”, como se denominó en el 1° ENCUENTRO DE LA CORRIENTE
HISTORICO-SOCIAL en el año 1989, apareciendo como respuesta al “MALESTAR DE LA
DEMOCRACIA” o el descrédito de la SEUDO PARTICIPACION.
Para la época se dio un
chalequeo con la moda participacionista, dándose una versión jocosa del verbo
participar: yo participo, tu participas, nosotros participamos, OTROS DECIDEN
… sobre la base del MONOPOLIO Y
JERAQUIA DEL SABER
SISTEMA
ORGANIZATIVO COMPLEJO: PARTIDO-MOVIMIENTO Y LO SOCIO- TERRITORIAL
Planteando superar el
electoralismo y el desarraigo, en las LINEAS ESTRATEGICAS DE ACCION
POLITICA se reseña el enfoque del
partido que necesitamos:
“Optar por la lógica del
Partido-Movimiento implica posicionarse dentro de las masas populares,
estableciendo y desplegando una amplia política de alianzas con las diversas
formas de organización popular movimiento…”
En este esfuerzo como
partido-movimiento se requiere reconocer las diversas formulaciones y
experiencias organizativas que le abren campo a la participación popular en los
asuntos públicos: Redes Sociales, CTU, Mesas Técnicas de Agua, Círculos
Bolivarianos, UBES, Colectivos de Trabajo, Asambleas Populares, corrientes
clasistas de trabajadores, Consejos de trabajadores, Consejos estudiantiles,
Consejos Educativos.
En este caso la revisión y rectificación
nos demanda superar la visión y la práctica que concibe este conjunto
organizativo como “correa de transmisión” - apéndice del partido o del gobierno.
Igualmente, el enfoque sobre
territorialización debe superar la focalización electoral de la organización
(al estilo UBCH) integrando lo social-sectorial como el piso del poder popular,
tal como se define el mismo en las LINEAS ESTRATEGICAS DE ACCION POLITICA:
“El escalón fundamental de
la Revolución Bolivariana se sitúa hoy en lo local (en lo municipal, en lo
parroquial y especialmente en cada comunidad). Es allí, en las comunidades
urbanas y rurales, donde chocan más directamente los intereses “apropiadores” y
representativos de la vieja “cultura capitalista” partidista contra los
esfuerzos socialistas, participativos y protagónicos populares. Es allí donde
se construye el Poder Popular, la toparquía planteada como tesis por el Maestro
Simón Rodríguez. Es allí, donde se gana o se pierde la base social de apoyo a
la Revolución.”
Considerando los anteriores
aspectos, planteamos REVISAR cuál es la modalidad organizativa que se adecúa a la concepción de
“PARTIDO-MOVIMIENTO” superando las prácticas que predominan en las
concepciones partidistas tradicionales
Este enfoque implica una serie de búsquedas en el terreno organizativo:
• Organización como un
medio, resultado de un proceso y de una praxis, donde están involucrados
aspectos cognoscitivos, pedagógicos y comunicativos, en una onda liberadora.
• Sistema de organización o
redes, superando la concepción que plantea una sola manera de organizarse,
imponiendo modelos y esquemas que no están en correspondencias ni con las
experiencias ni las necesidades e intereses de los explotados y oprimidos.
•Propuesta de conformar
colectivos de base, al estilo de los
Consejos ya sean de trabajadores,
campesinos, estudiantiles
•Enlazar los diversos
colectivos en redes, como tejido o malla
socio-territorial.
•Partido - movimiento, como
síntesis de todo el proceso.
•Coordinación como vaso
comunicante e instancia de enlace.
•Todo colectivo, movimiento
o individualidad se inserta en proyectos sociales específicos en la
cotidianidad.
E/Carlos Lanz
Roriguez
11 de Junio de 2014
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